Recuerdo que cuando era una niña, en clase de Lengua o de Inglés o incluso de Sociales, llevábamos periódicos para aprender a leer y recortar las noticias o los titulares que más nos llamaban la atención. Ahora que soy docente tomo conciencia de que trabajar con periódicos o con redes sociales es muy enriquecedor ya que ayuda a la formación de ciudadanos más críticos y creativos, La prensa por sus características se convierte, sin duda, en un importante medio didáctico para utilizar en un aula ya que permite formar a los escolares en la comprensión de lo que sucede, en el espacio en el que vive; toman conciencia de esta realidad como ciudadanos, valoran la libertad como la expresión, fomentan la autoexpresión y la creatividad. Desarrollan también una serie de hábitos como la curiosidad, apertura hacia lo nuevo, selección, decisión, participación y preocupación por determinados temas de información, interpretación lectora.
Este desarrollo de beneficios educativos es importante conocerlo pero tras todos los titulares que estamos leyendo de los Juegos Olímpicos me pregunto ¿de verdad estas noticias servirán para educar a los escolares a ser ciudadanos críticos y creativos?
Ahora lo que me ronda por la cabeza es ¿qué pensarán estos adolescentes, niños y niñas que han sido motivados en las escuelas a leer y aprender de las noticias?
Lejos de denunciar todo este tipo de comentarios y artículos, que por supuesto los rechazo firmemente, la idea de este post es reflexionar sobre la difícil tarea que tenemos las familias y los agentes educativos en el desarrollo de educación emocional y en valores de nuestros niños y niñas. En esta sociedad actual donde nos encontramos con numerosas situaciones de injusticia y en ocasiones de dudoso nivel humano ¿qué podemos hacer para enseñar, para educar en lo "respetuoso", lo "sano"? Es importante como sociedad no eludir responsabilidades a la hora de analizar estas cuestiones. Al fin y al cabo, estas personas son miembros de nuestra comunidad y, en algún momento, su desarrollo como persona estuvo en manos de la educación.
EDUCACIÓN EN VALORES
Cada sociedad selecciona del sistema general de valores aquellos que considera más adecuados para satisfacer las necesidades sociales, siendo la escuela y la familia las encargada de su transmisión y desarrollo. Por ello, en todo Currículum educativo es obligatorio la educación en valores, así como también cada centro educativo tiene su propio ideario de centro que es a su vez elegido por las familias. La educación y las familias sí educamos en valores y tenemos como objetivo crear modelos de convivencia basados en el respeto, la empatía y la igualdad.
¿La familia y la escuela podemos educar en valores a contracorriente con estas publicaciones y comentarios racistas, machistas, homófobos...?
Esta es la difícil terea que se debemos asumir ya que vivimos en una sociedad de pocas responsabilidades, una sociedad de la información que muchas veces deseduca y por ello la educación en valores se puede ver distorsionada. Por ello, para crear un mundo más respetuosos y equitativo además de la educación en valores, hay que desarrollar en la escuela y a través de la familia la inteligencia emocional y pensamiento crítico de los niños y niñas.
Las 5 competencias emocionales básicas a trabajar en las escuelas y en las familias deben ser:
Autoconocimiento: capacidad para entender qué me pasa y saber expresar este sentimiento.
Autocontrol: La habilidad para poder generar una estrategia positiva delante de una emoción fuerte.
Habilidad de relación: capacidad de relacionarse saludablemente con los demás.
Habilidad Social: La habilidad para entender y respetar las diferencias, para empatizar con el otro.
Toma responsable de decisiones: La habilidad de tomar decisiones calibrando las consecuencias de nuestro impacto, no solo con nosotros mismos sino también con nuestro entorno.
Por todo ello, hoy en día es fundamental que la familia y la escuela apueste por la educación emocional racias al desarrollo de la inteligencia emocional, los niños y niñas podrán llegar a tener un pensamiento crítico ajustado y equilibrado a la realidad social actual. Sabrán qué hacer con esa información, cómo valorar, si es válida o es basura, cómo transformarla en conocimiento y en una herramienta para su formación integral. Pero también esta parte de la problemática tiene su respuesta y se llama pensamiento crítico.
El pensamiento crítico es una herramienta cognitiva que debemos fomentar en la educación ya que capacita a los escolares a interpretar, analizar, evaluar, hacer inferencias, explicar y clarificar los significados, con el din de poder ver la realidad que nos rodea.
En definitiva, estos juegos olímpicos nos han traído controvertidos titulares que nos han ayudado a reflexionar sobre la importancia de la educación en valores, la educación emocional y el pensamiento crítico en la escuela y en las familias.
Por ello, cuando fomentamos la inteligencia emocional, la educación en valores y el pensamiento crítico favorecemos a que los niños y niñas tengan una respuesta más responsable y autónoma sin dejarse llevar por lo que leen. Les ayudamos a que reconozcan a través de sus emociones cuándo han sido violados sus valores, les damos la oportunidad de crear un juicio propio, de reflexionar y de tener su propio pensamiento de cada una de las reacciones y publicaciones. Apostar por la educación en valores y emocional favorecerá a que nuestros futuros adultos responsables elijan libremente qué realidad quieren crear.
Julia C.
Directora Pedagógica Educasa